CONTENIDO GENERAL:
-Funciones de entrada, procesadores y memoria
-Circuitos de la organización retinotópica
-Organización interna neuronal
-Comparación de patrones
-Información cuantitativa, cualitativa y medición con instrumental externo
-Capas de la percepción neuronal
-Fisiología neuronal, autonomía e idiología
-Idiología parcial y general
-Idiología real e imaginaria
-Multi-emisor
-Meta-emisores
-Variables idiológicas
-Incertidumbre
-Conceptos teóricos sobre el meta-universo: universos paralelos, dimensiones paralelas, materia y energía oscura, etc
-Propiedades adimensionales y atemporales de las señales del multi-emisor
-Análisis de incertidumbre sobre la organización retinotópica y las diferentes áreas involucradas
-Razón
-Cuantificación
-Mediciones e instrumentos de medición
-Incertezas en las mediciones neuronales
-Organización y funcionamiento propio "inside-outside"
-Conclusión
-Bibliografía
**LOS SIGUIENTES TEXTOS SON MUESTRAS DEL CAPÍTULO 4: PERCEPCIÓN NEURONAL**
Percepción neuronal
La percepción neuronal está basada en las propiedades de las regiones intervinientes como son las áreas primarias, donde tienen lugar las ejecuciones de la recepción sensorial (funciones de entrada), las áreas de asociación, donde tienen lugar las acciones relacionales y comparativas (procesadores) y de almacenamiento (memorias), procesadores de bajo y alto nivel, etc. En este contexto, existen ciertas organizaciones internas que involucran las diferentes funciones. Para comprender el concepto, debemos prestar atención a varios puntos intervinientes no solo en la percepción sino también en la razón.
Es sabido que las imágenes son proyectadas en las áreas primarias sensoriales de cada canal. Esto se sabe debido a estudios y experimentos realizados en V1 mediante técnicas como tinción neuronal, emisión de positrones o tomografías computadas, donde los resultados arrojados pertenecen a valores obtenidos de acuerdo a diferentes marcadores que denotan mayor actividad neuronal de las áreas involucradas en trabajos específicos, también por un acrecentado aumento del flujo sanguíneo en éstas zonas y más. Los resultados obtenidos arrojan interesante información sobre las diferentes regiones, capas de la corteza, mesencéfalo, sectores sub-corticales, etc., etc., que trabajan en uno u otro proceso de estudio relacionado con una tarea específica, una enfermedad o problema neuronal determinado.
Para adentrarnos en un campo difícil de análisis, en donde es posible inferir ciertas tazas de incertidumbre, debemos considerar algunos tópicos relacionados con la difícil labor de la experimentación fisiológica y su ya sabida limitación tecnológica e investigativa. Al menos, hasta ahora.
La primera premisa concierne a la característica retinotópica de la visión, en el que existe cierta relación entre las células ganglionares de la retina, las células relevantes del CGL y la corteza V1. Es decir, las células de la retina emiten sus salidas con cierta aparente relación a las células de V1. La misma estructuración parece ser mantenida en áreas superiores como V2, V3, etc. Dentro de éste primer paso es importante aclarar las sucesivas particiones de los impulsos nerviosos provenientes primero de ambos ojos (cruce de hemisferios). Luego, las particiones realizadas en los CGLs de ambos hemisferios, es decir, las diferentes capas parvocelulares, magnocelulares y koniocelulares involucradas. Posteriormente, debemos hacer énfasis específicamente en V1, donde por un lado las aferencias que llegan a la capa IV desde el CGL se dividen en varias secciones para representar las visiones del ojo izquierdo y derecho sucesivamente en las columnas de dominancia ocular. Luego, considerar la partición de los datos con respecto a las columnas de orientación, es decir, las determinadas neuronas que se activarán de acuerdo a las señales de los estímulos lumínicos. Por último, el color de los blobs juega un papel importante en éste esquema. Hay que considerar las células simples, complejas e hipercomplejas, que desarrollan los movimientos simples, orientados, complejos y espaciales. En las sucesivas áreas, estos datos serían reconstruidos mediante los correspondientes procesadores y memorias, es decir, las diferentes áreas de bajo y alto nivel. A medida que las ramificaciones viajan hacia el lóbulo frontal, las funciones se tornan más complejas mediante modelos y procesos con mayores niveles asociativos o comparativos, o funciones superiores propias de la corteza pre-frontal. Así, se han logrado identificar gran parte de las diferentes áreas cerebrales, aunque aún quedan ciertas zonas por determinar. A medida que se avanza hacia la corteza pre-frontal la complejidad aumenta y la información es mas segmentada, incluso inaccesible en algunos casos.
Por otro lado, es menester hacer hincapié en el sentido de organización interna neuronal. Es decir, las diferentes redes neuronales parecen tener sus propios mecanismos manifestados en las funciones y variables de las diferentes áreas. Remarcamos esto, ya que la posibilidad de conocer mediante un aparato externo las implicancias internas de cada función neuronal parece arrojar información cualitativa y no cuantitativa. Es decir, la máquina solo captará probablemente qué neuronas están trabajando, pero no podrá establecer los datos qué están manejando en su conjunto. Esta imposibilidad radica en que es prácticamente difícil establecer un proceso de medición cerebral el cual capte actividad puntual sináptica de neuronas, dendritas y axones intervinientes en ciertas áreas o procesos. Esto es así porque los datos manejados por las neuronas en sus aferencias y eferencias dependen en mayor medida de las configuraciones sinápticas entre dendritas y axones que forman ciertas columnas, capas o redes en las distintas cortezas. Las dendritas y axones activos dentro de esas configuraciones siguen patrones de contacto y disparo propios para cada impulso recibido. Estos pueden verse en los patrones recibidos de la retina y el CGL que, si bien algunas disposiciones entre la retina y V1 revelan ciertas similitudes con respecto a campos neuronales receptivos, posteriormente se pierde la pista en áreas extra-estriadas y mucho más aún en la corteza pre-frontal. Ya en V1, esta estructuración se complica debido a que las señales y conexiones son ciertamente complejas en sus circuitos, pues sus neuronas monoculares o binoculares no solo reciben aferencias del CGL sino también de otras áreas. La imposibilidad hasta el día de hoy de obtener información cuantitativa en un instrumento de estudio externo a las fisiologías neurales implica cierta incertidumbre y ésta responde al hecho de que las diferentes áreas neurales responden solo a un funcionamiento interno que es propio y que no es posible ver u observar desde el exterior, al menos en su hilado fino, es decir, cuantitativamente. Las neuronas de una imagen en V1, desde el exterior, presentan ciertos patrones de trabajo que son propios patrones internos segmentados. Es decir, el sujeto a estudiar ve una imagen, pero desde el exterior no se ve dicha imagen, sino las neuronas que están trabajando.
Capas de la percepción neuronal
Podemos dividir al acto de la percepción neuronal en 3 capas importantes relacionadas en la recepción de transmisiones.
La fisiología neuronal es la capa de primer grado y constituye la base física cerebral y por ende de las funciones y variables. Consta de propiedades explícitas que comprenden la construcción fisiológica de las neuronas y las sinapsis neuronales y redes morfológicas y topológicas. Hace las veces de hardware neuronal o neuro-hardware y comprende además fases electroquímicas como potenciales de acción y neurotransmisores.
Por otro lado, la capa autonómica o autonomía (del griego “auto”: uno mismo y “nomía”: regla) es la capa de segundo grado que comprende el funcionamiento y mecanismo fisiológico utilizado. Sus propiedades implícitas comprenden a la construcción psicológica, las diferentes funciones como resultados de las propiedades explícitas. Es el conjunto de mecanismos de las funciones neuronales, es decir, es “como” operan y trabajan las funciones con respecto a las diferentes variables. La autonomía parcial es el funcionamiento de las funciones por canal en particular, por ejemplo, el sistema visual, mientras que la autonomía general es el funcionamiento total de todas las funciones de todos los canales. Hace las veces de software neuronal o neuro-software y comprende fases funcionales pasivas y activas en general, es decir, funciones de entrada y salida, procesadores de alto y bajo nivel y todas las clases de memoria en particular.
Por último, la capa idiológica o idiología (del griego idio: “propio” y “logos”: palabra, tratado, pensamiento, principio, razón, idea, etc.) es la capa de tercer grado que constituye los agentes manipulados por la autonomía y consta de las propiedades inherentes derivadas de las variables de las funciones que son manejadas por la autonomía. La idiología es el conjunto de las variables de las funciones, o lo “que” opera la autonomía. Del mismo modo, podemos decir que existen diferentes tipos. La idiología parcial son las variables de la autonomía parcial, mientras que la idiología general son las variables de la autonomía general. Por último, debemos distinguir entre idiología real, derivada de las percepciones extrínsecas mediante los órganos sensoriales, y idiología imaginaria, derivada de creaciones intrínsecas de las funciones como resultado de las variables de la idiología real.
Fuera de estas capas de percepción neuronal, sería interesante hacer notar dos conceptos más con respecto a las emisiones de las diferentes transmisiones.
Podemos considerar al universo como un conjunto de emisores de señales o multi-emisor. Este multi-emisor es el conjunto de mecanismos que genera los atributos del universo posiblemente apreciables en nuestra idiología, es decir, el conjunto de atributos del universo perceptible dentro del entorno multi-emisor. Por otro lado, también podemos creer que es potencialmente posible un posiblemente hipotético conjunto de mecanismos que podrían (o no) operar fuera de éste entorno multi-emisor, que sería probablemente imperceptible, irreconocible y/o inentendible, y que se no se halla, al menos en primer término, al alcance de la idiología. Este es el caso del meta-universo, emisores fuera del rango de acción del multi-emisor. Nótese que en el gráfico inferior, el entorno multi-emisor es bidireccional en el sentido de recepción de señales de entrada y manipulación de los atributos del universo como una forma de salida desde el receptor. Esto es, la modificación de las fuentes de señales, que conocemos mejor como objetos o elementos del universo, mediante alguna transformación voluntaria o involuntaria por parte de un ser humano. Incluso cabe aquí una diferenciación estricta, ya que debemos agregar que, dentro de éste entorno multi-emisor, las manipulaciones de las fuentes son accesibles e inaccesibles. Son accesibles cuando un ser humano puede manipularlas y no accesibles cuando no se hallan a su alcance.
Idiología
La idiología es la representación mediante variables neuronales de algunos de los atributos de lo que llamamos universo. Estas son el resultado de procesos sinápticos cuyo objetivo final es la percepción, la posterior razón y las conclusiones como producto de ambas. De esta manera, el conocimiento colectivo aceptado por las sociedades humanas proviene de la razón mediante la percepción, y depende de factores constructivos y funcionales exclusivamente de índole neuronal, eléctricos y químicos. Son representaciones idiológicas y, por esto, todo lo que pueda ser recibido será transferido al sistema interno de la idiología.
Hasta el día de hoy existen cuestiones del cerebro humano que son desconocidas aún. Entonces, quedan muchos vacíos por llenar con respecto al funcionamiento de éste órgano tan importante. Si bien los adelantos en neurología han sido cuantiosos, aún queda mucho por explorar y entender sobre ésta maquinaria cerebral. Así, para afirmar una verdad, aparte de otras cuestiones, deberíamos saber como funciona completamente el cerebro, conocer todos sus mecanismos, saber cada detalle neuronal, conocer todos y cada uno de los centros de procesamiento. Y saber, como lo más importante, si las variables que percibimos en cada uno de nuestros cerebros, de las cuales se desprende toda la razón humana, son exactamente reconstruidas y reconocibles en experimentos donde el estudio sea, precisamente, el cerebro humano en acción. Es decir, deberíamos comprobar que, efectivamente, las imágenes, datos y modelos que percibimos y que posteriormente analizamos están siendo reproducidos perfectamente del mismo modo y forma en el cerebro de una persona sometida a éste experimento. Las tecnologías y conocimientos deberían ser avanzados, por lo que en este momento tal experimento no podría ser realizable.
Hasta que no pueda comprobarse rotundamente como operan los mecanismos de la percepción y la razón que poseemos todos en nuestros cerebros es aventurado y apresurado asignar verdades absolutas. Esto sería como hacer la medición de una magnitud sin saber como funciona, al menos someramente, el instrumento y su escala de medición, aún no sabiendo si el instrumento de medición está bien calibrado, es preciso y si funciona correctamente. Nuestro cerebro es ese instrumento, del cual conocemos, hasta el momento, solo una parte. Por ello, aseverar y asegurar que los atributos del universo son verdades absolutas es aventurado aún. Me inclino a pensar en un concepto idiológico, es decir, es lo que nuestro cerebro refleja como receptor de estímulos que son emisores, modelos propios que nos dan imágenes representativas de lo que estamos recibiendo. Las partículas elementales y, derivado de ellas, el cosmos en su magnitud, más bien son modelos cerebrales de estímulos cuyos procesamientos nos impresiona de tal manera que creemos que estos atributos son absolutos. ¿Qué es el universo entonces? Emisores, fuentes y señales de ciertas naturalezas que nosotros entendemos como universo: el multi-emisor, y todo aquello que no podemos percibir, al menos hipotéticamente, se deriva en el meta-universo, dentro de la cual podemos citar conceptos teóricos como multi-dimensiones, materia y energía oscura, universos paralelos, no localidad cuántica, etc., pero inclusive, si algunos emisores meta-universales, por algún motivo conocido o desconocido, podrían llegar a ser parte del universo, y a su vez parte de la idiología, entonces tales meta-emisores serían interpretados por las leyes de ésta idiología: en definitiva, serían mas variables idiológicas, después de todo, es lo único que nuestros cerebros pueden manejar.
Desde ya, existe cierta estabilidad y concordancia relativa, al menos a ciertas escalas, entre lo emitido y lo recibido. Es decir, algunos atributos del universo son constantes y estos son reflejados en nuestra percepción, procesados y asociados entre sí, y si alguno de ellos cambia, éste cambio será captado por ella, aunque después pueda o no entenderlo. Conceptos como nociones de espacio, tiempo, materia, energía, etc. muy arraigados en nosotros son variables idiológicas. Las señales del multi-emisor son adimensionales y atemporales, y solo cobran un sentido espacio-temporal-enérgico-material mediante nuestra idiología, que es el modo intrínseco y propiamente neuronal de representarlas. Además, hay acondicionamientos pre-programados en la percepción y en la razón para creer en la presente realidad física en la que vivimos. Estos acondicionamientos se hallan arraigados y vinculados fuertemente entre sí casi como un sistema de largo plazo. Cuando estos acondicionamientos son muy fuertes, persistentes y constantes, logramos un automatismo. Internamente, las funciones de las áreas de determinados canales influyen entre sí generando inducciones sensoriales, perceptivas y razonables contribuyendo más aún a crear ese acondicionamiento. Esto es porque las sinapsis neuronales se refuerzan más cuanto más constantes y persistentes son los estímulos.
¿En que están basadas estas suposiciones? Pues bien, en el caso de la visión, en algunos puntos específicos:
Los experimentos realizados han hecho hincapié en ojos, CGLs, y áreas V1, V2, V3, V4 y V5, entre otras, hallando ciertos patrones como las vías dorsal y ventral y los correspondientes procesamientos de los objetos, sus movimientos y sus colores. Por la parte funcional, está claro que han podido detectarse las zonas correspondientes a, por ejemplo, procesamientos de objetos, rostros, lenguajes, memorias, etc. En la corteza visual, han podido identificarse sus capas, columnas de orientación, blobs, columnas de dominancia ocular, y ciertas estructuras similares que se mantienen a lo largo de las vías magnocelulares y parvocelulares. Se observan ciertas sectorizaciones, diversificaciones y segmentaciones de los impulsos nerviosos. Sería entonces necesario que los procesadores que manipulan estos datos reconstruyan estos patrones en áreas de bajo y alto nivel y tener conocimiento de ello mediante experimentos que arrojen el modo en como estos mecanismos son llevados a cabo, para tener la certeza de que siguen patrones específicos.
Para lograr una mejor comprensión de éste concepto, podríamos dividir la organización retinotópica en ciertos segmentos:
El segmento de entradas, que estaría constituido por los ojos, nervios ópticos, quiasma óptico, tractos, cuerpos geniculados laterales, radiaciones ópticas, tálamo, hipocampo y corteza estriada V1. Las particularidades destacables son los cruces de las hemi-retinas en el quiasma, estatificaciones y segmentaciones en capas de ambos CGL y llegada a las capas de V1, donde la representación de los cuadrantes visuales (superior derecho, superior izquierdo, inferior derecho e inferior izquierdo se hallan invertidos).
Posteriormente, el segmento de las áreas de bajo nivel, constituido por la corteza estriada y extra-estriada, es decir, áreas primarias (V1) y áreas secundarias (V2, V3, V4, V5, etc.), tálamo, hipocampo y las estructuras circundantes del sistema límbico. Las características principales son las asociaciones entre los datos que manipulan éstas áreas en las vías dorsal (movimiento) y ventral (forma y color), ciertas sectorizaciones de la corteza extra-estriada, ciertos patrones de organización parvocelular (vía dorsal) y magnocelular (vía ventral), ciertas conexiones con áreas de otros sentidos y conexiones con los lóbulos frontales, parietales y temporales. Este segmento está caracterizado por los procesamientos de bajo nivel, es decir, proveen a las cortezas pre-frontales de datos sofisticadamente altos en niveles de complejidad asociativa. En el hemisferio izquierdo, estos datos están más relacionados con las tareas de orden lógico mientras que en el derecho lo hacen con trabajos de orden imaginativo. Desde ya, ambos hemisferios ejecutan tareas en conjunto y requieren constantemente una interconexión recíproca mediante el cuerpo calloso, una estructura de fibras que une ambos hemisferios.
Por último, el segmento de las áreas de alto nivel, constituido por las cortezas pre-frontales de ambos hemisferios cerebrales y otros sectores corticales y sub-corticales, como el sistema límbico en su conjunto. Aquí se realizan tareas de procesamiento de gran caudal y control de las áreas de bajo nivel, sistema límbico, coordinación corporal, interconexión sensitiva, personalidad, planificaciones, cálculos, memorias avanzadas, predicciones, capacidades de abstracción y conceptos abstractos, entre otros. Las denominaciones de sus sectorizaciones dependen del autor o investigador en cuestión y sus propiedades intrínsecas y cuantitativas son en gran parte desconocidas, pero se sabe que intervienen en tareas complejas de alto nivel de asociación, como la razón, entre otras. Aquí las miríadas de circuitos responden a una complejísima red funcional que se tornan cada vez más complicadas. Es en estos sectores donde los datos se procesan de una forma increíblemente complicada y se efectúan los procedimientos más significativamente complejos, pero siempre en trabajo conjunto con las áreas de bajo nivel.
**CONTINÚA**